La muerte es un fenómeno natural que no puede deslindarse de la condición humana, ha sido definida como la pérdida total de las funciones vitales, además de considerarse como la conclusión de la existencia terrena e histórica del hombre. El cáncer, que causa actualmente la décima parte de la mortalidad total, es la segunda causa de muerte por orden de frecuencia en todos los grupos de edades en la mayor parte de los países desarrollados y en muchos países en desarrollo. El análisis de las tendencias actuales muestra que se convertirá en la causa principal de defunción en muchos países a comienzos del próximo siglo. En Cuba, los indicadores de salud (incremento de expectativa de vida, bajas tasas de mortalidad infantil, eliminación de algunas enfermedades, entre otros) reflejan adecuadas políticas sanitarias. No obstante, a pesar de los avances en prevención y tratamiento y del desarrollo de los recursos biotecnológicos y humanos actuales, continúa existiendo un número considerable de enfermos que no pueden ser curados. Las necesidades y demandas de estos enfermos y sus familiares para un tratamiento adecuado que ponga límites al sufrimiento, y el interés y preocupación de los profesionales por hacer algo efectivo en el alivio de su dolor y sufrimiento, es una realidad innegable y convierte al tema en un verdadero asunto de salud pública. Será un placer contar con su respetable participación, lo que sin dudas enriquecerá los debates y propiciará un fructífero intercambio.
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